A pesar del esfuerzo por intentar explicar la gravedad de la situación, es comprensible que haya gente que no comparta la decisión que tomé aquellos días, a tenor de los muchos comentarios que así lo indican.
Intentaré durante estos días, ahora que tengo tiempo, y no privo de clase a ningún alumno, explicar de forma más convincente que las medidas afectan gravemente a la organización escolar, a los fines de la educación, a cada uno de los elementos de currículo y al desarrollo de la personalidad que es, a fin de cuentas, a lo que nos obliga la Constitución cuando dice que:
"Todos tienen el derecho a la educación y la educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana".
Ese es el derecho que tienen lo niños y ese el deber que tenemos los adultos aunque no compartamos a veces la forma de reivindicarlo y la mía no hay sido la más ortodoxa.
Lo cierto es que con la aplicación de estas medidas se está haciendo un daño irreparable a la educación, y los que "recortan" no son conscientes de la enorme gravedad de estas decisiones.
Hombre, no cabía sa sanción, sino levantarte un monumento por enseñarle a los más jóvenes sus derechos.
ResponderEliminarDesde aqui te aplaudo y repudio la medida.
Saludos y no bajes los brazos
Ana di Cesare (Argentina)